DESCANSO EN VILLA AVECIA (BOLIVIA 2006)

sábado, 30 de octubre de 2010

IBARRA—PASTO (210 Kms)


Paisajes bucólicos
Si Perú tiene paisajes montañosos de maravillas, Colombia…. ¡Guau, brother, Colombia tiene power...!

Sí, señores. Categóricamente el paisaje montañoso colombiano es superior a todo lo visto en Latinoamérica desde hace quince años a esta parte (ver link "View my gallery").
...
No tengo vocablos ni adjetivos para describir el impacto que, en mi espíritu sensible y abierto a lo novedoso, me produjo este paisaje hoy recorrido desde la ciudad ecuatoriana de Ibarra hasta la ciudad colombiana de Pasto.

Salí alrededor de las 10,30 hora de Argentina. El tramo hasta la frontera, que es de 120 kms, se dio en su mayor parte por caminos de montaña, con subidas y bajadas, curvas y contra curvas permanentes. La ruta estaba en excelente estado y con un tránsito vehicular extremadamente denso: camiones con acoplados, ómnibus, minibuses, autos, camionetas, motos y máquinas agrícolas de todo tipo; todo el tiempo. Así que debí extremar las precauciones y manejar con máxima concentración y paciencia.

A las tres horas de haber salido ya estaba en la frontera. La cantidad de vehículos en movimiento que allí vi, me asustó porque pensé que me demoraría más de lo debido. Pero no. Eran vehículos que pasaban si hacer los trámites de rigor por un convenio entre ambos naciones: los de Ibarra, Ecuador, podían pasar y llegarse hasta la ciudad de Pasto en Colombia, sin hacer trámite alguno y viceversa. Por lo que las ventanillas, tanto para salir de Ecuador como para entrar a Colombia estaban sin gente.

Al momento de llegar se aproximó un grupo de cinco ecuatorianos de los tantos que pululaban en el lugar para ofrecer sus servicios como asesores en los trámites fronterizos y facilitar el cruce.

—Hi, Mister… Where are you from?— Me dijo el que parecía ser el líder del grupo
— Soy argentino así que háblame en castellano. Dónde debo comenzar con los trámites…
—Deje la moto allí que el “Mico” se la cuidará
— El "Mico" era un negro flaco y alto, más negro que el carbón, muy simpático y parlanchín. Parecía un mono. Un mico. Y Formaba, al parecer, parte de esta banda organizada.

Me invadía una duda y una desconfianza enormes sobre estos personajes. Tenían una cara que despertaban temor. Mitad alcohólica, un cuarto falopera y el saldo… delictual.

—Escuchen amigos. Escuchen bien los que les voy a decir ¡Ojo con la moto! Al primero que se pase de listo lo cago a tiros— Y les hice un ademán como si manipulara una ametralladora AK-47 y barriera el territorio enemigo. Todos se rieron a carcajadas.

El líder del grupo con sus secuaces me acompañó hasta la ventanilla de migraciones ecuatoriana. Separó prolijamente de mis papeles aquellos que me serían solicitados por el responsable y me dejó solo con él. Éste los vio, los selló y salí hacia la aduana para darle la salida a la moto. El grupo en su conjunto me guiaba, y mientras sus integrantes caminaban conmigo, hacían todo tipo de comentarios dándome sospechosos consejos amigables, demasiado amigables.

Terminados los trámites en Ecuador me llevaron, siempre los cinco, hasta migraciones de Colombia. Allí entregué mi DNI y me lo devolvieron con un papel que era la constancia que me autorizaba a circular por 20 días en todo el país.

Al salir de migraciones el grupo de los cinco me esperaba atento, sonriente y servil para acompañarme a sacar las fotocopias de todos los documentos de la moto, el DNI, el Carnet internacional del ACA, etc, etc….que me pedirían en el sector Aduana.

En el momento en que el líder del grupo me separaba los documentos para entregárselos a la fotocopiadora, me preguntó:

—Y hacia dónde viajas tú, como destino final
—Hacia México
— le respondí
—¡¿Hacia México?! Entonces estás en un problema amigo, porque en Panamá te pedirán el pasaporte para entrar, y por lo que veo no te lo sellaron en ningún país. Y así no podrás entrar ¿Cómo demuestras que ingresaste por estos países sin los sellos correspondientes? Panamá no integra la Comunidad Andina de Naciones, como Bolivia, Perú y Ecuador dónde sólo te piden para entrar el DNI. Así que deberás volver a la oficina de migraciones de Colombia para que te sellen el Pasaporte y te anulen la entrada que hiciste con el DNI. Caso contrario tu viaje quedará trunco en Panamá.

—La recontra putísima madre que los parió a estos funcionarios bolivianos de Migraciones que en Yacuiba me hicieron cualquier desastre con los trámites y ahora tengo que sufrir las consecuencias ¡La concha de la lora….!—
esa fue mi primera reacción espontánea. Pero claro, los pobres bolivianos no tenían ninguna culpa ¡Qué sabían ellos a dónde yo viajaba!

Mi error fue no haber conocido este problema con anticipación y presentado desde el comienzo, como correspondía, el pasaporte y no el DNI.

Así fue que nos dirigimos nuevamente a migraciones ecuatoriana para ver si me permitían la entrada a Colombia con el pasaporte, anulando la recién hecha con el DNI.

—Imposible hacerlo— me dijo el funcionario en la ventanilla. Primero deberás lograr que en Ecuador te sellen la salida y luego si logras eso, regresas para acá que te lo sello con la entrada.

Y marchamos otra vez los seis, cruzando el puente que limita ambas fronteras, caminado hasta migraciones del Ecuador para tratar de lograr este sello de salida en el pasaporte.

En el trayecto el líder del grupo me dijo:

—Vas a tener que pagar un coima, amigo. Entrégame el pasaporte que yo hablaré con el funcionario— Y mientras me decía esto, hablaba con otro compañero de rutina de este sector ecuatoriano, preguntándole:
—Quién está a cargo de la oficina hoy….
—Fulano de tal…
A ver…. Tú quédate aquí— me dijo —No me sigas que debo hablar yo solo. Quédate para que las cámaras de seguridad no te tomen.

Y se retiró para hablar con el funcionario que estaba afuera esperando el trato ¡Una auténtica banda organizada!
A los pocos minutos volvió y me dijo:

Deberás pagar cincuenta dólares
—Cuarenta
— le contesté de inmediato, entregado como estaba de pies y manos.
Ok, cuarenta. Listo. Debes dármelo ya, antes de que el trámite salga.

Le entregué los cuarenta dólares y se marchó hacia el funcionario uniformado que con cara de idiota esperaba. Vi como entraba a la oficina para realizar el trámite de salida y sellarme el pasaporte. A los pocos minutos salió, me llamó y me dijo:

Acá lo tienes. Con una sonrisa muy amable. Le dí la mano y me marché
Con el pasaporte ya sellado, regresé nuevamente con mis cinco "custodias" a la oficina de migraciones de Colombia (ya me consideraba parte de este grupo delictual pues fui partícipe necesario de un hecho aberrante: había pagado una coima a un funcionario de migraciones. Yo, el impoluto). La gente, mientras cruzábamos el puente, me miraba sorprendida pensando que era un personaje importante —además llamativo con esa vestimenta negra— que iba y venía de Ecuador a Colombia y de Colombia a Ecuador con mis custodias.

Cuando llegamos a la oficina de Migraciones colombiana el funcionario que me había atendido antes se sorprendió al ver el pasaporte con el sello de salida; me preguntó:

—¿Tuvo que pagar algo?
—Perdón... ¿Cómo dice? No entiendo
—Si tuvo que pagar algo para lograr este sello.
—¿Pagar algo...? No, en absoluto. Ni siquiera se me pasó por la cabeza. Mire Ud si después termino preso por tratar de sobornar a un funcionario del estado ecuatoriano.

Acto seguido me despedí de mis amigos, integrantes de una asociación ilícita, que me ayudaron a sortear este gran problema.

En la aduana de Colombia no tuve ningún inconveniente. Cumplidos todos los trámites de rigor partí con el alivio de estar sano y salvo dentro de un nuevo territorio por develar: Colombia ¡Y con el pasaporte sellado como la moral y las buenas costumbres aconsejan!

RUMBO A PASTO
Como lo dije al comienzo, el paisaje de montaña que registraron mis pupilas fue de lo mejor que vieron en su vida, con unos precipicios que generaban miedo porque la carretera los iba bordeando al filo de la caída. Carretera que es además angosta y sin banquina; a la izquierda tenía la montaña, verde y boscosa, y a la derecha la profundidad de unos abismos que se perdían en el infinito.


...
Llegué a Pasto a las 16 hs argentina. Pregunté por un hotel y fui al que me recomendaron. Un hermoso hotel con playa de estacionamiento propia, amplia habitación con baño privado, WiFi, etc…. Por quince dólares la noche. No lo podía creer. Ya me habían advertido que Colombia era más económica que Ecuador en este rubro

Mañana, Dios mediante, partiré para Cali. Una jornada que me insumirá unas seis o siete horas de viaje. Espero no decepcionarme con esta ciudad y llegar sano y salvo a destino. Pasaré por dos ciudades pequeñas sin detenerme bajo ninguna circunstancia. Esa fue la recomendación que me dieron los "expertos" en seguridad.

Pasto , Colombia, 30 de octubre de 2010
© Todos los derechos reservados

3 comentarios:

Hernan dijo...

Me encanto la parte que decis " Yo, pagar coima aca??? Nooooo! Jamas!! Muy bue!!

Roberto de SF dijo...

Luisito querido; me c.....de risa de tus "negocios" aduaneros, esto es solo un precalentamiento para q llegues entrenadito a Panamá y desde alli hacia el norte,jajaj, de todos modos no perdes la linea de un buen Argentino al momento de arreglar,jaj!tranquilo amigo, ahora subite a la R25 y ya no mires para atras x nada!!!que disfrutes Colombia!!! un abrazo...

Anónimo dijo...

HOLA LUIS. QUE BUENO TU VIAJE. ME ALEGRO POR SABER QUE TE VA BIEN , MAS ALLA DE ALGUNAS PERIPECIAS PARA PASAR FRONTERSA JA JA...BUENISIMAS LAS FOTOS Y TUS COMENTARIOS...QUE CONTINUES BIEN. UN ABRAZO.
FRANCISCO. RIO GALLEGOS