DESCANSO EN VILLA AVECIA (BOLIVIA 2006)

jueves, 4 de noviembre de 2010

CALARCÁ—BOGOTÁ (260 Kms)


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La noche anterior a la partida a Bogotá llovía a cántaros, con truenos que partían la tierra. Dormí mal. Una de las razones: tenía unos retorcijones de estómago que no me dejaron dormir. Al parecer la sopa o el jugo de maracuyá que me habían servido para la cena en un restaurante “popular” estaba vencido y me produjero un desarreglo de vientre fulminante. La otra: sabía que subir La Línea era un asunto complicado y muy peligroso. Ya me lo habían advertido.

Al despertarme y partir a la mañana siguiente el dolor de estómago era aún más fuerte y el desarreglo de vientre no cedía: estaba en su pleno desarrollo. La lluvia se había calmado por completo. Esa esa era la única ventaja que tenía a mi favor.

En esas condiciones partí. A los pocos kilómetros ya estaba trepando la montaña con pronunciadas pendientes y curvas cerradas de noventa grados y en "U". Comencé a subir de manera brusca. La causa: el recorrido hasta la cumbre es corto, apenas 40 kms, para llegar a grandes alturas: casi a 4.000 msnm.

El desfile de camiones fue constante, tanto de ida como de vuelta, en un camino angosto y en permanente reparación. Esto, más los accidentes continuos, los desmoronamientos o deslizamientos de la montaña…, producía las famosas trancas o tapones que obligaban a los vehículos a detener su marcha por espacio de dos horas o más según la magnitud del problema.

La noche anterior se había desbarrancado un pesado camión con toda su carga, quedando a una profundidad de 150 mts. Cinco grúas estuvieron trabajando para retirarlo. Esto obligó a cerrar el camino por 7 horas.
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Cuando llegué al lugar del hecho ya lo habían subido y habilitado sólo un carril que era utilizado alternativamente por los que iban y por los que venían. Dos horas para cada vía.
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Me encontré allí con un panorama desalentador: excitante, nervioso, movido, con una hilera viboreante de vehículos demorados que se extendía por 10 kms o más, en su mayoría camiones con sus motores rugientes en marcha. El calor llegaba a los 33°C, la humedad al 100%; y mi descompostura estomacal no cesaba.

Video: http://www.youtube.com/watch?v=HVittr3tvL0

Gracias a que la moto es un vehículo relativamente angosto pude, en cada tranca, ubicarme en primera fila. Esto me significaba salir siempre primero con el camino despejado por varios kilómetros.

Al llegar a la parte más alta de La Línea comencé un descenso brusco hasta la localidad de Ibagué distante a 80 kms de Calcalá. A partir de allí el paisaje se transformó en una llanura similar a la de la Pcia de San Luis, con pequeñas cierras colindantes, vaquitas pastando y mucho calor.

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Llegué a Bogota a las cinco de la tarde. Había recorrido 260 kms en 7 horas.

Hoy jueves visitaré los principales puntos de interés de esta ciudad para continuar mañana rumbo a Medellín con escala previa en La Dorada

Santa Fe de Bogotá , Colombia, 04 de noviembre de 2010
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