DESCANSO EN VILLA AVECIA (BOLIVIA 2006)

sábado, 27 de noviembre de 2010

DAVID—PUNTARENAS (Costa Rica 385 Kms)


Naturaleza pura en Costa Rica
Salí de David a las 9,30 hs argentina y llegué a Puntarenas a las 18,30. Fueron 9 hs de viaje, tres de las cuales fueron para cumplir con los trámites de la frontera. Y pensar que todos me decían: “No vas a tener problemas, la frontera es livianita. No más de una hora”. ¡Tres horas de plantón, yendo y viniendo de un lugar para otro, sacando fotocopias, haciendo sellar los documentos y esperando pacientemente en las largas filas con un calor de 33 grados y una humedad del 100%!

Una vez superado con éxito este “obstáculo” comencé la marcha por caminos en muy mal estado; muy poceados. “Caramba —me dije— si toda Costa Ricas es así, estaremos complicados”. Pero por suerte después de una hora y media de marcha en zig-zag y con movimientos permanentes de cintura para esquivar los grandes “agujeros”, todo cambió. Comencé a viajar por una ruta excelente, poco transitada y con un día espléndido. El mismo día de sol de la frontera pero... montado sobre la moto. Grandísima diferencia.

Venía reflexionando sobre todo esto cuando de pronto vi un cartel de “Stop” color rojo vivo ubicado junto a una caseta de control vehicuar sobre la ruta; cartel que se destacaba con nitidez del fondo verde forestal que lo enmarcaba. Reduje la velocidad al mínimo posible y sin detener la marcha pasé muy lentamente por el lugar. Esto molestó a uno de los dos policías de la patrulla de camino que allí permanecían, que con gesto firme y decidido me tocaron el silbato para que regresara y me estacionara al costado del camino.
...
Zácate…! —me dije— Coima en puerta”.

El disco “Stop” acá en Nicaragua y en la China es “Stop…” ¡Detenerse! Y Ud siguió de largo. Eso significa una multa de u$D 140. Le voy a labrar el acta para que se presente en Liberia, que es la próxima ciudad, y la pague.

Yo permanecía en perfecto silencio, erguido, apoyando mis dos manos sobre el tanque de combustible, sin contestar y sin demostrar ninguna inquietud ni malestar.

Estimado amigo —le dije— Yo vengo viajando desde Argentina hace casi tres meses. Conozco las reglas de tránsito. Mi intención es no violarlas, por el contrario, es respetarlas y más aún si son reglas de un país hermano extranjero como es este caso. País al que llego para visitarlo y conocer su cultura, su gente, sus valores, sus costumbres... ¡Su alma...! y todo dentro de un clima de afecto y de sana amistad…

Al terminar mi discurso noté que el misil había dado en el blanco. También allí advertí cuán importante es la palabra a la hora del convencimiento —como instrumento para el Bien o para el Mal; de liberación o independencia . Es que siglos de sojuzgamiento a los pueblos latinoamericanos a partir de la miel del verbo hoy lo atestiguaban. Aún la siguen lamiendo.

—¡Ajá…! Y Ud. a qué se dedica? —preguntó el policía algo más relajado.
Soy escritor y trabajo como reportero gráfico para el diario argentino “La Nación”. Al terminar cada jornada detallo las vivencias: como fue el viaje, que experiencias tuve, como me atendieron en cada lugar….etc… y las subo a Internet para que el diario las publique.

Cuando les dije esto último comenzaron ambos a moverse inquietos, a tener una actitud más amigable y relajada. El otro que lo acompañaba y que había permanecido en silencio, con una amplia sonrisa y apoyando su mano sobre mi hombro, me miró y me dijo:

—¡Asi que Argentino, ché...!... ¡Maradooona….! ¡Che boluú…do! … Ja, ja, ja….
Ja, ja, ja… —sonreí yo de igual manera.
Y hacia dónde te diriges ahora…
—Hacia San José de Costa Rica
—¡¿Hacia San José….?! No…, no vale la pena que te llegues hasta allí. Es una ciudad de putas, con mucho tránsito, peligrosa de día y de noche; no te servirá de nada conocerla. ¿Por qué no te alojas en Puntarenas, que está más cerca de la frontera y es mucho más linda? Está sobre la playa… tiene lindas chicas… ¡Quédate allí, te gustará!

El otro que al parecer tenía mayor rango y carácter y que quería cobrarme la multa, cerró la charla diciéndome:

Bueno, por esta vez no la pagarás. Sigue tu camino amigo y que Dios te bendiga.

Ambos me dieron la mano, puse primera y sin hacer ningún tipo de alarde salí despacio, como quien no estaba ni alegre ni triste. Simplemente estaba.
...
COSTA RICA
Costa Rica es un hermoso país. Me gustó mucho más que Panamá. Su arquitectura campestre, su estilo de vida americano y europeo marcaron diferencias que se destacaron del resto de los países de Centroamérica, en especial, en áreas de servicios.

Me llamaron la atención los carteles de la ruta. Estaban en su mayoría escritos en inglés: “For sale” “For rent” “Sale office” “Highlanders” etc… Después supe la razón: “Los grandes inversores son americanos. Casi todo Costa Rica es de los gringos”, me decía un individuo molesto mientras subía a su camioneta cerrando la puerta con fuerza.

La geografía del territorio costarricense, por lo menos donde se extiende la traza de la ruta interamericana, es plana con muy suaves ondulaciones. Está cubierta de una vegetación por momentos densa y por otros despejada, combinada con diferentes tipos de plantas florales.


...
Todas estas características del paisaje y de su geografía —y de su escaso tránsito—, hicieron que este recorrido haya sido un auténtico placer.

El hostal donde me alojé en Puntarenas era propiedad de un americano radicado hace un año y medio en este lugar. Estaba ubicado frente al malecón, con sus paseos y sus palmas de coco. Michael´s, el nombre del propietario, era un amante del Surf, de unos 40 años, soltero, muy amable, deportista y gentil, que me facilitó todos los medios a su alcance para que mi estancia en su posada fuera de la mejor posible. Y así resultó.

Puntarenas, Costa Rica, 25 de noviembre de 2010
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