DESCANSO EN VILLA AVECIA (BOLIVIA 2006)

lunes, 29 de noviembre de 2010

MASAYA, Nicaragua—SAN MIGUEL, El Salvador (435 Kms)


Paisaje típico.................VVV.........¡Viva la Revolución!....V..Un alto en el camino
Masaya, Managua, La Paz Centro, Leon, Chinadega, Somotillo... Guasaule (Frontera con Honduras), una hora de recorrido, tres horas de trámites (sellados, fotocopias, vuelta a sellar, vuelta a fotocopiar, colas, esperas, paciencia, mucha paciencia, 36 grados de calor, transpiración que cae por gotas sobre la documentación, sobre mi cuerpo…. “Con este papel siga hasta la pluma (Barrera) y continúa viaje”.

Guasaule, Choluteca, Nacaome, Amatillo (Frontera con El Salvador), tres horas y media de recorrido y tres horas de trámites (Sellados, fotocopias, vuelta a sellar, vuelta a fotocopiar, colas, esperas, paciencia, mucha paciencia, 37 grados de calor, transpiración que cae por gotas sobre la documentación, sobre mi cuerpo…. "¡Siga hasta la Aduana, a tres kilómetros de acá!". Viajo sin el casco, subo, bajo, mucho sol sobre mi frente. Me duelen los ojos. No llevo anteojos. Me duele la vista. Me duele… Paciencia, paciencia, mucha paciencia….Llego. Aduana, escaleras, plataforma….Un caballero con camisa blanca y una credencial me detiene de mal modo.

—¡¿A dónde viajas?! —me ladra, con cara de mastín militar amaestrado.
Viajo a México, vía San Salvador y Guatemala.
...
Como no cambiaba su expresión autoritaria le dije en tono amigable:
...
—¿Por qué no sonríes amigo? Anda ¡Sonríe…que la vida es una sola! ¡¿Vale la pena estar tan serio?!

Y mientras le decía esto, con mi dedo índice le acariciaba con afecto la barbita rasurada de su perita antipática… ¡Y sonrió! Cosa que no me lo esperaba. “Lo tengo, lo tengo” —dije para mis adentros.

—Sácale fotocopias a todos los documentos: Pasaporte, Carnet Internacional de Conducir, Tarjeta verde de la moto y luego regresas.

Salí con mi equipo negro de conducir en busca de una fotocopiadora. 37,5 grados al sol. Estaba ubicada a 600 mts del lugar, por caminos de tierra y en subida. Paciencia, paciencia… ¡Mucha paciencia! Un dólar….regreso, botas pesadas, subo a la rampa…espero, golpeo, no me atienden…. Las gotas que caen. Media hora. Abre la puerta, saca la cabeza, me acerco, aire acondicionado desde el interior…

—Espera. Llena este formulario

Datos inútiles, inútiles…: cuántas personas carga el vehículo. Si tiene volante. Tamaño del volante. Si es nueva, si es vieja…si es…. ¡Puta madre…!
Y media hora más tarde….

—¡Espera…!

Y al cabo de una hora más me invitó a que entrara…. El aire acondicionado era un delirio. Parecía estar en el paraíso….

Por favor, —le dije— puedo tomar un vaso con agua… Estoy muerto de sed…

Silencio. Nadie se movía. Nadie me contestaba. Y para romper la frialdad del trato me lancé, con una grosería, al precipicio:

—Amigos, no se olviden que un “polvo” y un vaso de agua no se le niega a nadie…

Esto hizo que todos estallaran en una sola carcajada….

—¡JA, JA, JA, JA....!
...
El cara de perro me entregó el formulario ya completo para circular por El Salvador y sonriendo levemente, me dijo:

—Con este papel vas hasta la pluma (Barrera de entrada al país) para que te lo sellen y continúes tu viaje. No te olvides que al salir del Salvador lo deberás presentar en la aduana de Achadura. Si lo pierdes estarás frito.

Frito estás vos, ¡Cabrón! Que te crees el rey de la jungla” — me dije mientras lo saludaba con amplia sonrisa.

Partí a la máxima velocidad prudencial porque el sol ya se estaba ocultando detrás de las montañas.
...
En el camino me encontré con escenas típicas de estos pueblos centroamericanos.

Tracción a sangre....................m..Campesino de Nacaome......mm...Velorio rutero
Crucé Amatillo y una serie de pueblos ruteros con lomos de burro y por fin… ¡San Miguel! Punto final de esta agotadora jornada.

PELIGRO EN LAS RUTAS

Alcantarillado a cielo abierto.....Vacuno raza Brahman...........Pozos en el asfalto por cientos
Viajar por estos lugares era viajar en medio del peligro: amenazas de asaltos en los caminos, imprevistos de todo tipo, como animales sueltos, asfaltos poceados que obligan a un zigzagueo constante, bocas de alcantarillados o desagües cloacales/pluviales a cielo abierto, que dejaban al descubierto, en plena calzada, agujeros de 1 mt de diámetro, por lo que, un descuido, una distracción, un saludo..., y se terminaba allí el viaje y posiblemente la vida.

En Nacaome tuve una experiencia de este tipo, que pudo haber sido trágica de no haber tomado todos los recaudos necesarios para una seguridad extrema: autocontrol, paciencia, respeto a las normas de tránsito: ¡Velocidad máxima! ¡No avanzar! ¡Pare! ¡Prioridad de paso!, etc..etc…

Estaba ubicado detrás de un camión frigorífico largo, muy largo. El calor era insoportable.
...
Como circulaba por el poblado de Nacaome, sobre la ruta interamericana, la velocidad era mínima, 30 kms p/h. De pronto la ruta se ensanchó. Esto me permitió un sobrepaso seguro. ¡Adelante…! —me dije— y aceleré....

Otro tal vez hubiese acelerado con más potencia para avanzar hacia los primeros lugares de la carretera, pero pensé.…: “Tranquilo amigo, que estás en plena ciudad y cualquier accidente, atropellar a un niño por ej., te podría costar hasta la cárcel por imprudencia…”

Ya estaba ubicado en paralelo con el chofer del camión para superarlo, cabeza a cabeza con él y siempre a una velocidad de avance mínima…. cuando de repente, sale de improviso desde mi derecha, por delante del camión, y a unos dos metros de distancia, una vaca raza Brahman que cruzaba al trote por la calzada. ¡Mamita mía! ¡Qué julepe! Si hubiese estado mirando el GPS, o cualquier otra cosa, incluso al chofer del camión para saludarlo, o acelerando con fuerza, no estaría narrando acá esta experiencia con Uds.
...
Pude frenar justo, pero justo a tiempo..., y sentir sobre mi nariz el olor a Bull Shit y al cuero húmedo del pesado vacuno.
...
Estaba helado de pies a cabeza. ¡Dios me había salvado por tercera vez la vida! (“Gracias Tía Pelusita, gracias MD y gracias REME”, —pensé de inmediato). Miré al chofer con mucha rabia porque vio que me acercaba para el sobrepaso y no había hecho las señales solidarias necesarias para advertírmelo.

A San Miguel llegué a las 20 hs argentina, muy cansado y estresado, razón por la cual decidí quedarme un día más para recuperar fuerzas y planificar la etapa próxima que será la más complicada de todas las de Centroamérica por las advertencias que me hicieron sobre la inseguridad de sus rutas. Me refiero a Guatemala. Pienso partir mañana martes a las 08 horas argentina para estar, Dios mediante, a las 16 hs cerca del límite con México y hacer noche en la Ciudad de Retalhuleu o de Hidalgo.

Tengo ya el trazado rutero (Es inútil tratar de conseguir los mapas en todos estos países centroamericanos) que fue diseñado para mí por un caballero amigo de la dueña del hotel donde me alojo. Esto me permitirá circular con tranquilidad, sin preguntar nada, y cargar los datos en mi GPS para que me lleve directo a cada destino.

SAN MIGUEL

Las calles de su ciudad.........Organizando mi próxima etapa............El espacio público invadido
San Miguel es una típica ciudad Salvadoreña, con extrema pobreza, que se muestra impúdicamente en todas sus calles. Ésta y no otra es la razón de los innumerables puestos callejeros que saturan e incomodan las circulaciones peatonales. Una manera digna de las familias de buscarse un sustento sin tener que caer en la delincuencia. Y volvemos nuevamente a lo mismo: la miel edulcorante del verbo tramposo de la política: ¡Bla, bla, bla, bla…!, que el pueblo lame a gusto y lo mantiene —junto a un necesario mensaje cristiano adormecedor ¡Pon la otra mejilla, hijo del Sr...!—, calmo, manso, resignado, pacífico en medio de las carencias más absolutas ¡Y desde hace más de 200 años!

Video de la ciudad: http://www.youtube.com/watch?v=_WSVgqyrYw0

HAMBRE Y POBREZA
Anoche, caminando por la Panamericana semioscura rumbo a un centro comercial cercano al hotel, le pregunté a un ciclista jardinero muy delgado, de unos 50 años, que llevaba un canastillo con una tijera de cortar pasto y otros implementos propios de su trabajo, a dónde quedaba el centro comercial.

—Siga dos cuadras hasta donde está el semáforo que allí lo encontrará.

Le di las gracias y seguí mi camino. Al rato me alcanzó y me dijo:

—Es Ud americano?
—No amigo, soy argentino…
—Mire Sr., discúlpeme Ud., acá la situación está malita. No hay trabajito, tengo 3 hijos y necesito algo para comer.

Sus palabras, que parecieron auténticas, me conmovieron hasta los tuétanos por la humildad y el desamparo con que me las transmitía. Le dije:

—Deja tu bicicleta acá en la playa de estacionamento que te invito a cenar conmigo. Ven.
...
Hablaba con mesura. Sus dedos callosos y sucios abrían el pan con modales pausados y suaves. Cenábamos por momentos en profundo silencio. Nada debía preguntarle, todo él hablaba por si mismo. Era un ícono, un paradigma de la realidad Latinoamericana.

El hambre y la falta de trabajo habían dado a este rostro humilde una expresión casi religiosa. Su dolor, su soledad, su abandono, sumado a la indiferencia e incomprensión de todos se volvieron carnadura en él. Y él lo asumía con natural resignación.

Su humildad y sencillez eran fruto de su ignorancia. Nada sabía de las causas de su drama. Todo se lo atribuía a la sabiduría de Dios.

Fue la cena más impactante que tuve en toda mi vida. Se los aseguro…

San Miguel, El Salvador, 29 de noviembre de 2010
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1 comentario:

Roberto de SF dijo...

Hola Luis; a este viaje no le falta NADA!!no se si será como lo soñaste....pero q lo estas pasando bárbaro, se nota!! NO APTO para irascibles!!jajaj,me gusta q vas, vas y vas...es la forma!sin aflojar! vamos Luis q llega la aproximación, la nave y su piloto estan bárbaros!!!un agradecimiento a tus relatos y el tiempo q a ellos le dedicas!! una vez más...MUCHAS GRACIAS, AVENTURERO AMIGO!!!!