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Barranquilla de regreso ....................Mi capitán en el muelle ............Vistando el muelle
Decía Heráclito el Oscuro que nunca uno se bañaba dos veces en el mismo río. Pues lo mismo digo yo con los caminos recorridos. Nunca uno recorre dos veces el mismo camino y menos aún si el camino es de regreso. Así me sucedió con el retorno desde Santa Marta a Cartagena.
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Los inundados de “Pueblo Viejo” y “Ciénaga” seguían inundados, pero eran otros inundados, como otras las perspectivas, otra la luz del sol, otros los ojos del observador que reflexionaba.
En relación a los inundados la ruta estaba sobreelevada y esto permitía una mirada seca desde las alturas refrigeradas del confort, no exenta de cierto placer egoísta: “Y menos mal que a mi no...”
“Pobres..., ese negro saltando entre las piedras para no caer en el agua. Y ese niño desnudo llorando, que se toca el sexo…, llamando a su madre ausente, distante, impotente en medio del absurdo..., sobre el agua mugrienta de su casucha de cañas, con cobertizo de nylon y chapa, totalmente inundada..., hasta sus rodillas, hasta su ombligo prominente, en una penumbra interior de tristeza y de silencio..., de una madre que sale, se detiene con las brazos en jarra, y sólo mira alrededor...”
“Y menos mal que a mi no...”
Barrios completos inundados. Cientos de casas.
“¿Y esos grupos de hombres allí sentados en sillas de plástico blancas, rojas, azules... en medio del barrial, sonrientes, alegres, tomando cervezas y escuchando Vallenatos a todo volumen...? ¡Qué lo parió…¡ ¿Qué otra cosa pueden hacer en medio del abandono...? ¡Oh, las FARC, las FARC...!”
Dicen que los hombres del valle y de la costa son vagos, perezosos, inútiles para el trabajo. Eso dicen…
VISITANDO EL PUERTO
Llegué temprano a Cartagena. Los últimos kilómetros fueron de intensa lluvia, con caminos inundados, en mal estado, barrosos y patinozos. Pero no hubo caídas.
Apenas me acomodé en el hotel me puse en contacto con el capitán del Velero, Federico Layolle, de nacionalidad brasilera, para coordinar detalles del embarque que será este jueves 18 al mediodía. Me invitó a conocer el puerto y el velero y me explicó amigablemente detalles del cruce y curiosidades de la navegación. Luego regresamos caminando juntos hasta el centro histórico, hasta el popular barrio de Getsemaní, donde tiene sus oficinas administrativas. Me recomendó un hotel en el mismo barrio, mejor ubicado que en el que estoy actualmente alojado, que queda lejos del centro y del muelle donde embarcaré la moto.
...
Mañana a primera hora me mudaré. Y posiblemente al estar en el centro histórico el tiempo de espera me será mucho más breve, pues lo recorreré con lujo de detalles.
…
Cartagena , Colombia, 15 de noviembre de 2010
© Todos los derechos reservados
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Los inundados de “Pueblo Viejo” y “Ciénaga” seguían inundados, pero eran otros inundados, como otras las perspectivas, otra la luz del sol, otros los ojos del observador que reflexionaba.
En relación a los inundados la ruta estaba sobreelevada y esto permitía una mirada seca desde las alturas refrigeradas del confort, no exenta de cierto placer egoísta: “Y menos mal que a mi no...”
“Pobres..., ese negro saltando entre las piedras para no caer en el agua. Y ese niño desnudo llorando, que se toca el sexo…, llamando a su madre ausente, distante, impotente en medio del absurdo..., sobre el agua mugrienta de su casucha de cañas, con cobertizo de nylon y chapa, totalmente inundada..., hasta sus rodillas, hasta su ombligo prominente, en una penumbra interior de tristeza y de silencio..., de una madre que sale, se detiene con las brazos en jarra, y sólo mira alrededor...”
“Y menos mal que a mi no...”
Barrios completos inundados. Cientos de casas.
“¿Y esos grupos de hombres allí sentados en sillas de plástico blancas, rojas, azules... en medio del barrial, sonrientes, alegres, tomando cervezas y escuchando Vallenatos a todo volumen...? ¡Qué lo parió…¡ ¿Qué otra cosa pueden hacer en medio del abandono...? ¡Oh, las FARC, las FARC...!”
Dicen que los hombres del valle y de la costa son vagos, perezosos, inútiles para el trabajo. Eso dicen…
VISITANDO EL PUERTO
Llegué temprano a Cartagena. Los últimos kilómetros fueron de intensa lluvia, con caminos inundados, en mal estado, barrosos y patinozos. Pero no hubo caídas.
Apenas me acomodé en el hotel me puse en contacto con el capitán del Velero, Federico Layolle, de nacionalidad brasilera, para coordinar detalles del embarque que será este jueves 18 al mediodía. Me invitó a conocer el puerto y el velero y me explicó amigablemente detalles del cruce y curiosidades de la navegación. Luego regresamos caminando juntos hasta el centro histórico, hasta el popular barrio de Getsemaní, donde tiene sus oficinas administrativas. Me recomendó un hotel en el mismo barrio, mejor ubicado que en el que estoy actualmente alojado, que queda lejos del centro y del muelle donde embarcaré la moto.
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Mañana a primera hora me mudaré. Y posiblemente al estar en el centro histórico el tiempo de espera me será mucho más breve, pues lo recorreré con lujo de detalles.
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Cartagena , Colombia, 15 de noviembre de 2010
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