DESCANSO EN VILLA AVECIA (BOLIVIA 2006)

martes, 26 de octubre de 2010

ESMERALDAS—QUITO (413 Kms)


Florencio y yo..................mmmm.......Paisaje selvático........BB.....Campiña cercana a Quito
Una llamada telefónica a la habitación del hotel me despierta sorprendido
—Holaaa…!
—Sr Herrero…?
—Síí. Quién habla…?
—Sr Herrero. Soy Florencio R. Vi su moto estacionada en el parking del hotel. Y como soy fanático de las motos y en especial de la marca BM, me animo a invitarlo a desayunar. Por la placa veo que es Ud argentino. Y yo amo a la Argentina. Asi que lo espero acá abajo para que compartamos juntos este momento, si Ud lo desea, Sr Herrero…
—Sí, amigo. Claro que sí. Con mucho gusto. Espéreme que bajo en unos minutos

El personaje en cuestión era un hacendado importante de la localidad de Esmeraldas. Un caballero de unos 50 años: soltero, mujeriego, amante de la buena vida, solidario y extremadamente simpático.

—Me tuve que quedar en Esmeraldas porque una mujer me robó
—Una mujer le robó?! Oh, Dios, pero…. qué le robo. Dinero…, la notebook…?.
—Noo, hermano, ja, ja… acá decimos robar cuando nos jalan el corazón ¡Estoy enamorado hermano! Muy enamorado de una niña de 22 años—
y me mostró la foto. Una hermosa mujer con la belleza de los años tempranos

—Dime hermano. Y a dónde te diriges ahora.
—Voy a Quito.
—¡A Quito...! Pero porqué no te quedas hermano. Tu te tienes que quedar en Esmeraldas por unos días para conocerla ¿Por qué no te vienes conmigo a mi hacienda? Allí tendrás todo lo que necesitas ¡Hermano tienes que quedarte! Yo amo a la Argentina. Te haré conocer todo, las piletas con las crías de camarones, los árboles gigantes que crecen en el mar…etc…etc…etc…


Piletones para la cría de camarones propiedad de Florencio
Fue una hora de intensa y animada charla en el restaurante del hotel. No le podía hacer entender que el interés del motociclista no era quedarse en un lugar sino el movimiento; el percibir el espacio y el tiempo que fluyen, las perspectivas del cambio; las sensaciones cinestésicas… etc.

Al fin lo entendió y "me dejó" partir pero con un pedido seguido de una promesa:

—Hermano, cualquier cosa que te llegara a suceder en la ruta, algún hijuputa...tú sabes... tú me llamas... que yo movilizaré al ejército si fuera necesario... ¡Te busco en helicóptero...! ¡Joder!

Este fue Florencio, mi querido amigo de Esmeraldas, al que jamás olvidaré.

CAMBIO DE RUTA
Y fue justamente él quien me sugirió no viajar por la ruta que va a Quito vía Santo Domingo, sino por la que sube a San Lorenzo, más al norte, quizá un poco más larga, y que corre paralela y cercana al límite con Colombia. Las razones fueron: las malas condiciones del camino y lo aburrido del paisaje.

La decisión de este cambio fue acertada, no sólo por el excelente estado de la ruta recomendada sino por la belleza de sus paisajes. Por momentos estaba en medio de una selva... ¡Impresionante! con un verde y una vegetación que asustaba por lo cerrada y salvaje.

Allí me detuve, en un pueblito llamado Yalare, a tomarme una agüita fresca de coco recién cortado. La temperatura era de casi 33 °C. Allí conversé con Judy, la propietaria del puesto ubicado sobre la ruta, quien me detalló con frescura y espontaneidad las características del lugar, las actividades cotidianas de los pobladores y los productos que elaboraban de la tierra, especialmente el arroz.


...era la exuberancia de la selva ecuatoriana que fluía y se derramaba sin contenciones
Si esto es así en Ecuador, no quiero imaginarme lo impactante que será cruzar a Colombia, entre medio de la auténtica selva tropical, con su activa guerrilla que, según la mayoría de los ecuatorianos, espera agazapada para secuestrar a los turistas.

A Quito llegué temprano ¡Qué extraña ciudad! y tuve tanta buena suerte que la concesionaria BMW se encontraba en el acceso a esta gran urbe, sobre una importante vía por la cual estaba circulando al momento de llegar: la Av. 10 de agosto. Así que al ver el logo entré como en mi propia casa y me recibieron con todos los honores.

Allí dejé la moto para el servicio; me tomaron todos los datos de rigor y en un carro de la compañía me llevaron a un hotel cercano que me recomendaron.
...
Todo salió a la perfección a pesar de las advertencias catastróficas de los que tan sólo ven peligros y malas acciones por todos lados.

Mañana, Dios mediante, visitaré el famoso sitio turístico llamado “La Mitad del Mundo” (La línea equinoccial). Está a unos 20 minutos de Quito. Se viaja en un bus urbano de manera rápida y confortable. Una vez de regreso de este periplo, a la tarde tal vez, subiré al teleférico que me dejará en la parte alta de un cerro que bordea el paisaje urbano, para tomar algunas imágenes de todo Quito (espero que no esté nublado y lluvioso como lo está en estos momentos)

Y ya de regreso de este ascenso al cerro me llegaré hasta el centro histórico de Quito (Plaza de la Independencia) donde visitaré algunas Iglesias, museos, y diferentes lugares de interés histórico-cultural y arquitectónico
Mañana les contaré cómo me fue... Pero esa ya será otra historia. Otra interesante historia por develar.

(Posiblemente me quede unos tres días en esta bonita ciudad, incluido éste de la llegada, para visitarla con tiempo y conocerla lo más que pueda. Cumplido este objetivo partiré para Colombia el día viernes 29 venidero a horas tempranas. Esa sí que será otra experiencia adrenalínica a descubrir por todo lo que de ella se comenta, exageradamente o no. Ya veremos)

Quito , Ecuador, 26 de octubre de 2010
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2 comentarios:

Roberto de SF dijo...

Hola Luis,la bella Quito te ve llegar... jugosa ciudad para tu gusto, seguramente, especialmente su casco antiguo.Que la disfrutes y despues del descanso...bienvenida sea Colombia!!!mezcla de distintas rarezas, pero Sudamerica al fin!! suerte amigo, un abrazo de nuestra barra viajera!!!

Siloe_ Sombra dijo...

Sigo tu camino.... y con el cada historia que relatas, un intenso viaje,gracias.
Reme.