DESCANSO EN VILLA AVECIA (BOLIVIA 2006)

viernes, 15 de octubre de 2010

TRUJILLO — CHICLAYO (206 kms)


Maizales...................... .smsmsssm..Cultura Mochica.........c.s.......Plaza de Armas
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Sin duda que el Dios bueno de los cristianos me sigue acompañando. Y eso que yo, ni le rezo, ni le ruego, ni tampoco creo en él. Pero me sigue acompañando en la ruta.

Podría contarles varios hechos milagrosos que me acontecieron desde que viajo en moto por Latinoamérica, pero me limitaré a este último acaecido esta mañana apenas tomé la panamericana norte con destino a Chiclayo.

Eran las 10 de la mañana, ya había salido de la trama urbana. Quedaban atrás los semáforos, los enredos del tránsito, los peligros para la moto. Respiraba el aire fresco y campestre de la carretera. A mis costados las plantaciones de arroz, maíz y caña de azúcar cubrían como una alfombra el desierto de arena que trepaba la ladera desde la costa hasta las sierras aledañas. Grandes cañaverales cubriendo los campos arenosos con su característico color verde oliva.
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Viajaba a una velocidad constante de 110 kms/h. Una curva cerrada se abre de pronto hacia un puente angosto. La supero fácilmente. Veo un minibus detenido en la calzada. Freno. Disminuyo la velocidad bruscamente. Viajo a 15 kms/h (El Dios bueno me estaba protegiendo del peligro que se avecinaba). Me demoro, no veo a nadie, y acelero para el sobrepaso. La curva, el puente y el minibus quedaron a mis espaldas. Ante mi sólo el camino recto que se pierde entre los cañaverales. Paz y belleza.

Pero observo sobre el carril en el cual viajo una lonja de un brillo similar al del agua que supuestamente fue volcando algún camión cisterna. No me llama la atención. Agua, me digo. Alguien que la fue perdiendo por el camino. Avanzo… ¡Joder! La moto comienza a viborear sin agarre, sin adherencia y control, suave, como si estuviera circulando sobre una pista de hielo, o más aún, sobre aceite mineral recién volcado. No tenía ningún dominio sobre ella. Me dejé llevar.
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Gracias a mi experiencia de manejo sobre el hielo en las calles invernales de Río Gallegos, efectué los procedimientos que la experiencia me dictaba: me paré inmediatamente sobre los pedalines delanteros para que el zigzagueo fuese solo de la moto, por debajo de mis piernas, y no de ambos, manteniendo yo el equilibrio, el control y la línea recta, sin frenar, sin maniobrar, dejando que el vehículo siguiera su propio camino. Y así fue. Pude sacarla de lo que suponía era una caída segura.
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Mi corazón latía por arriba de las 180 pulsaciones por minuto. Mi boca estaba seca. Mi lengua se pegaba al paladar. ¡Coño..! me dije. ¿Hasta cuándo estos imprevistos de La ley de Murphy me seguirán provocando?

Ahora bien...¿Qué cuernos era esta agua resbaladiza como el aceite o la escarcha? Me detuve a preguntárselo a los dos policías de la patrulla de caminos que vi estacionados cerca del lugar.

Es melaza, amigo. Melaza de la caña de azúcar que es como el jabón por lo resbaladiza. Debes tener mucho cuidado.
—¡¿Melaza?! Y cómo es posible que...

—Es así amigo. Es así. Debes tener mucho cuidado. En Perú es así.

Retomada la calma y la marcha hacia Chiclayo comencé a preguntarme ¿Qué habría sucedido si la melaza hubiese comenzado antes de la curva del puente que tomé a más de 110 kms/h? o ¿Qué habría sucedido si el Dios bueno no hubiese interpuesto en el camino a ese minibus que me obligó a frenar y a reducir bruscamente la velocidad antes de “pisar” la melaza?

No creo en el Dios bueno, pero, indudablemente, me salvó la vida por 4ta vez.

CHICLAYO (Cuna de la cultura Mochica)


Museo de Lambayeque......................El Sr de Sipán..........................La tumba
Llegué a primera hora de la tarde a Chiclayo. A las 14 hs. fui a cargar combustible para salir temprano al otro día, directo y sin demoras. Mientras cargab combustible en una gasolinería buscaba en el GPS los ofrecimientos de alojamientos que en él se detallan. Le pregunté a la vendedora cuál de ellos me aconsejaba, que tuviera espacio para guardar la moto…. ¡Ese, el Aristi! Y hacia allí fui. Es un decir, porque fue el GPS el que me dejó en la puerta.
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Me alojé, me bañé y partí a conocer el famoso museo del Sr de Sipán, jefe máximo de la cultura Mochica, museo ubicado en la localidad de Lambayeque, distante a 10 kms de Chiclayo.
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El Señor de Sipán fue un antiguo gobernante del siglo III, cuyo dominio abarcó una zona del actual Perú. El arqueólogo peruano Walter Alva, junto a su equipo, descubrió la tumba del Señor de Sipán en 1987. El hallazgo de las tumbas reales del Señor de Sipán marcó un importante hito en la arqueología del continente americano porque, por primera vez, se halló intacto y sin huellas de saqueos, un entierro real de una civilización peruana anterior a los Incas. El ataúd de cañas en que se halló, fue el primero en su tipo que se encontró en América y reveló la magnificencia y majestuosidad del único gobernante y guerrero del antiguo Perú encontrado hasta la fecha de su descubrimiento, cuya vida transcurrió alrededor del año 250 de la era actual.
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Como siempre sucede con la mayoría de los museos no pude registrar imágenes. Es más, previo al ingreso debí dejar mi mochila con la máquina de fotos, el celular y todo dispositivo que pudiera utilizarse para informar sobre los tesoros culturales construidos en oro, plata y bronce que allí se guardan como testimonio de esta desarrollada e inteligente cultura Mochica. Salí maravillado

PLAZA DE ARMAS
Luego de visitar el museo caminé hasta la plaza mayor, para conocerla, pero me encontré con una variedad de estilos arquitectónicos modernos que no le agregaban belleza alguna a este espacio comunitario. Salvo la Catedral y el edificio de la Municipalidad el resto eran construcciones modernas de mal gusto, que molestan al espectador sensible a la historia y a la excelencia arquitectónica y urbanística.
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Eso sí, como siempre sucede en todo el Perú, sus plazas, sus veredas y sus aceras se encuentraban en perfecto estado de mantenimiento y limpieza. Y esto no me cansaré de repetirlo.
(Mañana partiré, Dios mediante, a Máncora, una localidad turística ubicada junto al Pacífico a 402 kms de Chiclayo. Me han hablado maravillas de esta ciudad. Se los confirmaré una vez allí.)

Chiclayo , Perú, 15 de octubre de 2010
© Todos los derechos reservados

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Luis, cuando vivía en la selva ecuatoriana, solían poner petróleo crudo en las rutas en forma regular. Las carreteras eran de ripio (más bien de arena) y lo que pasaba era que con la lluvia constante, diaria y fuerte, el agua se llevaba la superficie de la carretera y la forma que encontraron para protegerlas era de usar el petróleo crudo. Esta medida servia para proteger las carreteras, pero hacia muy difícil el manejo aun con un 4x4……….con una moto ni hablar!! Suerte y que dios te siga protegiendo!! Paul

PEPA (pat gl) dijo...

seguimos viajando con vos, somos muchos, ALGUNO mas importante q otros...

Juan Manuel Rojas Cavaliere dijo...

muy bueno todo che!
segui viaje en paz!

saludos desde RN!

Anónimo dijo...

hola LUIS,me alegra saber que solo fue un susto. vivo con ansias tu viaje y lo comento a diario con amigos y flia. que sigas bien. miguel de tucuman

Roberto de SF dijo...

.Hola Luis, te imagino disfrutando Mancora y el mar rugiendo a tus pies, buena eleccion para el descanso!!. Nada mejor que el camino te sorprenda, pero con mucho respeto permiteme dos sugerencias;cuidate de los amigos de lo ajeno en Huaquillas(frontera con ECU)y considera un buen lugar llamado, Baños(antes de Cuenca). Como veras te sigo todo el tiempo, disfrutando tu viaje y recordandome estos bonitos paisajes recorridos con mi hijo y amigos moteros!!! un fuerte abrazo, viajero!!

Roberto de SF dijo...

Hola Luis,viajero....seguro te despides por un tiempo del Pacífico, pero llegas a un fascinante y cordial pais donde tu beeme será, con sus gritos, la ¨"REINA"en su húmeda selva, y vos un simple y curioso espectador!!! GRANDE lo tuyo,amigo motero!!!